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10 octubre – 9 noviembre, 2019

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Para el artista Mathew Zefeldt, el mundo virtual vívidamente complejo de Grand Theft Auto V (GTAV) no es solamente un lugar de trabajo, sino también un recurso de entretenimiento. Para su exhibición en CBG, Zefeldt continúa minando el Estado de San Andreas, creando varias pinturas dolorosamente elaboradas, inspiradas por capturas de pantalla generadas al jugar el popular videojuego.

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Las nuevas obras se obsesionan por los mínimos detalles dentro del mundo virtual, al igual que por la fuerza del Valle Inquietante como simulación. Cada pintura representa una escena o un momento dentro del juego, organizados en cuadrículas perfectamente coordinadas y duplicadas en la tela. Algunas imágenes se copian dos veces, mientras otras se reproducen hasta veinticinco veces. Esta fascinación por la repetición y la laboriosa naturaleza de crear cada pintura, imita la manera en que los jugadores siguen interactuando con el mundo de GTAV, a pesar de que se creó hace más de cinco años, con más de 110 millones de copias vendidas. Sin embargo, como todos los jugadores del popular videojuego saben, es increíblemente difícil recrear un momento preciso que ocurre mientras se juega en el mundo abierto. Así, cuando se ven de lejos las pinturas de Zefeldt, parecen estar duplicando perfectamente un momento específico, pero vistas de cerca, se observan las intrincadas pinceladas y se comienzan a ver las sutiles variaciones y la calidez del gesto pictórico, en lugar de una impasible precisión robótica que se asume en el primer encuentro con el trabajo del artista.

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Los instantes capturados en estas nuevas pinturas son interminables y variados, desde un pájaro solitario posado en una ciénaga, hasta una camioneta roja andando por un sendero en el campo. La intensa labor de pintar repetidamente estas capturas de pantalla, creando cada cuadro casi de manera idéntica, agrega significado a estos pequeños momentos de reflexión, tomados del mundo abierto de GTAV de aproximadamente 100 millas cuadradas de área.

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El profundo trabajo de Zefeldt me hace añorar el mundo de GTAV, navegar a través de las calles generadas por computadora, creando mis propias narraciones dentro de la simulación. Con la reciente implementación de un casino dentro del juego donde los jugadores pueden cambiar moneda del mundo real por dólares del juego, me preocupa el futuro de los videojuegos y lo que alguna vez fue un espacio seguro para el escape virtual. Estas experiencias digitales están siendo rápidamente capitalizadas por entidades corporativas que toman decisiones estando completamente desconectadas de los jugadores y las verdaderas razones por las que la gente disfruta escaparse al mundo de los juegos inmersivos. No obstante, en vez de estar horrorizado por esta detallada simulación de nuestro mundo físico, Zefeldt se sumerge en ella, jugando el videojuego como si fuera una versión casi idéntica a sí mismo. En lugar de jugar las principales misiones, controlar un grupo de criminales, robar bancos y cometer crímenes en la ciudad, Zefeldt prefiere jugar el juego a su estilo, ignorando las asignaciones y disfrutando un Los Ángeles falsificado. Habiendo crecido en California, las escenas que aparecen mientras vagabunda el mundo abierto —desde la observación de aves hasta manejar en contra del tránsito— son familiares y curiosamente inquietantes.

El mundo de GTAV es un mundo sin consecuencias. Si te atropella un coche o saltas de un avión, te encontrarás despertando la próxima mañana, descansado y listo para otro día digital; libre para hacer lo que se te ocurra. Quizás por esop Zefeldt está tan resuelto a duplicar lo que él experimenta en este mundo, dedicándole horas en su estudio a la creación de imágenes similares a los estereogramas, documentando obsesivamente cada detalle. A través de estas pinturas, estamos siendo invitados a las memorias de Zefeldt, sus experiencias y sus hallazgos. Por siglos, los artistas, especialmente los pintores, han documentado el mundo que habitan a través de su arte, y Zefeldt continúa esta tradición aunque en un contexto más contemporáneo. Mientras la industria de los videojuegos ha crecido mucho más que la de la música y el cine juntas, las experiencias y mundos creados también crecen más amplios y detallados, ofreciendo un seductor escape de la realidad, con el estilo y los temas de Zefeldt actuando como una fascinante invitación para adentrarse en estos mundos virtuales.

 

– Bob Bicknell-Knight, Londres

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Mathew Zefeldt
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