Conforme pasaron los años, ±MAISMENOS± incorporó gradualmente elementos con comentario y denuncia socio-política, por lo general con una sana dosis de ironía, recurriendo a contextos y expresiones locales como invitación a la reflexión y la acción. La fascinación por la etiqueta de “arte urbano” y la correspondiente exposición mediática pudieron fácilmente haber rebasado al proyecto, convirtiéndolo en otro producto más en el salón de espejos de la falsa rebeldía. Mientras el proyecto empezaba a resonar a nivel internacional, la precisión de su alcance pudo haber sido representada como entretenimiento. Éste era un riesgo tangible, y hasta cierto punto, parecía casi inevitable.

El candidato fue más astuto.

Nos adelantamos al 2014, cuando ±MAISMENOS± regresa a sus raíces, acogiendo su propia re-evaluación en el contexto de una investigación doctoral en diseño.  El salto cuántico toma una buena parte de un año: más que reflexionar sobre las paradojas cínicas de la política contemporánea, ¿por qué no atravesarlas? ±MAISMENOS±, el partido político, surgió: primero como una idea, luego como un campo de trabajo, finalmente como un conjunto de acciones plenamente desarrollado que difuminó sabia y valientemente los límites entre la dignidad del poder y los aspectos alucinatorios del entretenimiento contemporáneo. La política actual está basada en gran medida en esta ambivalencia: el fenómeno Trump ciertamente incluye un componente de hilaridad vertiginosa. Sin embargo, lo que excede a esta ambivalencia en manos de los políticos ciertamente es la necesidad de claridad mental y perceptiva.